Dejar espacio a la Belleza en lo cotidiano
Vivimos en una época de velocidad, en la que parece que solo lo nuevo, lo inmediato, lo llamativo merece atención.
En medio de este ritmo, la poesía aparece como algo ajeno: un lujo para los pocos que “tienen tiempo”.
Pero la poesía —la auténtica— no está hecha para los grandes eventos ni para los días especiales.
Está hecha para habitar lo cotidiano. Para enseñarnos a mirar.
Sin embargo mi invitación es esta: haz de la poesía un hábito suave y vivo.
No como una tarea escolar más, no como un contenido a memorizar, sino como un hilo de belleza que atraviesa los días, los años, la vida entera.
Sé consciente: empieza por ti
A menudo esperamos que nuestros hijos adquieran hábitos que nosotros no practicamos.
Pero la belleza no se impone: se contagia.
Si quieres que tus hijos amen la poesía, empieza por ti.
Lee poemas en voz alta, aunque estés sola.
Deja que tus hijos te vean disfrutar, reír o emocionarte ante un verso.
El alma infantil se educa no con explicaciones, sino con el contacto real con lo que amamos.
Cultivar el gusto literario es un acto de presencia, no de estrategia.
¿No sabes por dónde empezar?
Una de las mejores maneras de comenzar es encontrar poemas que sean cercanos, vivos y capaces de resonar tanto en el corazón del niño como en el del adulto.
Te recomiendo especialmente descubrir las reflexiones y poemas de Dante Joaquín Pignanelli, autor que recoge con delicadeza lo pequeño y lo eterno, acompañándose además de imágenes bellamente escogidas.
Puedes encontrarle en su perfil de Instagram y en su blog La frivolidad de la ortodoxia.
Además, he preparado una pequeña selección en PDF con algunos de sus poemas pensados por él especialmente teniendo en el corazón a los niños.
Pequeños tesoros que pueden convertirse en parte de tu día a día.
La poesía cabe en lo cotidiano
Muchas veces pensamos que necesitamos tiempos especiales para dedicar a la poesía.
Pero la verdad es que la poesía cabe en lo cotidiano:
- Mientras se ata un zapato
- Mientras se pone la mesa
- Mientras se sirve el desayuno
- Antes de dormir
Recitar un verso no es añadir una carga más.
Es abrir un espacio de luz en medio de la rutina.
No se trata de solemnizar la vida.
Se trata de permitir que la belleza la impregne, como la lluvia ligera que empapa la tierra sin hacer ruido.

El valor profundo de la repetición
En una cultura que idolatra la novedad, la repetición parece sospechosa.
Pero si miramos a los niños, descubrimos otra verdad: ellos no temen repetir.
Chesterton escribió que los niños piden que les cuenten una y otra vez la misma historia, no por carencia de imaginación, sino por desbordamiento de vida.
Quizá la repetición es la forma más pura de amor y de alegría. Hablaremos de esto en el siguiente post.
Una idea para vivir la poesía a diario: La hora del café
En nuestra familia estamos comenzado a vivir un pequeño ritual que ha transformado nuestros días: la hora del café. Proviene del concepto inglés de La hora del té. Pero aunque nos encanta el concepto de tomar un té con algo rico y exponer a nuestro hijo (¡y a nosotros mismos!) a pintura, música clásica, poesía y demás riquezas culturales… no nos gusta nada el té. Pero nos encanta el café, y tenemos miles de recetas riquísimas de café, que pueden reconvertirse para los niños.
Así que ha surgido en esta casa este otro concepto original.
Se trata de un momento sencillo, pensado para detenernos, encender una vela, calentar una bebida, abrir un libro de poemas, exponer una pintura, leer en voz alta… todo ello sin prisas.
No buscamos “enseñar poesía” en esta práctica.
Queremos dejar que la belleza entre en casa como entra la luz por una ventana: naturalmente, sin ruido.
La hora del café no es pues, solo un suspiro: es una forma de educar el alma sin discursos, de sembrar amor por la palabra bella, de construir recuerdos que nos acompañarán toda la vida, a mayores y pequeños.
En mayo empezaré a compartir más sobre esta propuesta: guías prácticas, sugerencias de poemas, rituales sencillos para instaurar tu propia hora del café en casa, recetas deliciosas para crear todo un ambiente especial en torno a ello… Pequeñas semillas para cultivar cultura, belleza y amor en la vida diaria. Se solapará con mis reflexiones sobre cultura materna: pero es natural, pues para mí están unidos el cultivo de la madre y la hora del café, donde se expande esta cultura materna contemplando en familia lo estudiado y reflexionado por la madre.
🌿 Muy pronto lo tendrás. De momento te invito a guardar este post y a sumarte pronto a nuestras propuestas de mayo sobre la hora del café.

¿Quieres ver esta idea en imágenes?
He preparado un carrusel en Instagram basado en este mismo enfoque:
breve, visual, ideal para guardar, compartir… y comenzar hoy mismo tu camino en la poesía familiar.
→ Visita mi perfil de Instagram
Descubre más desde Masa de madre
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.