Este post puede contener enlaces de afiliados. Consulta nuestra política de divulgación.
Cuando alguien menciona la masa madre, muchas personas imaginan algo complicadísimo, casi como si cuidaras de un animalito exigente que hay que alimentar a diario y mimar sin descanso. Pero te voy a contar un secreto: no es para tanto.
De hecho, cuando le pillas el truco, la masa madre se convierte en una aliada estupenda para resolver cenas o desayunos en un abrir y cerrar de ojos. Con solo unos pocos ingredientes básicos que seguro ya tienes en casa, puedes improvisar algo delicioso y saludable sin romperte la cabeza.
Una cena de emergencia (que no termina en robo)
A mí me ha pasado muchas veces: no sabemos qué cenar, empieza a sonar la idea de pedir algo a domicilio, y de repente estamos a punto de gastar 30 euros en una pizza que ni siquiera sabemos si estará buena. ¿Y esos cupones? Todos parecen distintos, pero en realidad son el mismo engaño con distinta letra pequeña.
Y justo entonces, me acuerdo de mi masa madre. Mezclo un par de cosas que siempre tengo por casa, preparo unas crepes saladas o una pizza crujiente… y en lo que habrían tardado en llegar los repartidores, ya estamos cenando algo casero, sabroso y mucho más saludable. Y sí, sin sentir que nos han estafado por un poco de pan con tomate y queso.
¿Puristas de la masa madre? Yo solo quiero cenar bien
Probablemente los expertos más técnicos no estén del todo de acuerdo con mi forma de cuidar la masa madre, pero lo cierto es que en mi casa funciona, y eso es lo que importa. Si tú también quieres mantenerla viva sin agobios, aquí te cuento cómo lo hago paso a paso.
Pasos para Mantener y Alimentar tu Masa Madre:
- ¿Dónde la guardo?
- Lo más práctico: en la nevera.
Esto me permite olvidarme de ella durante días. Cuando quiero usarla, simplemente reviso cuánto tengo y la alimento si es necesario.
- Lo más práctico: en la nevera.

- ¿Cómo la alimento?
- Uso la proporción 1:1:1 → eso quiere decir que por cada parte de masa madre, añado el doble en peso, repartido entre harina y agua.
- Ejemplo rápido:
- Si tienes 50g de masa madre, añade 50g de harina y 50g de agua.
- Si necesito más cantidad para una receta concreta, solo aumento la cantidad de harina y agua para llegar a los gramos que necesito.


- ¿Cuánto tiempo la dejo fermentar?
- Después de alimentarla, déjala a temperatura ambiente entre 4 y 12 horas, hasta que veas que ha duplicado su volumen y está burbujeante.
- ¿No la vas a usar enseguida? Devuélvela al frigorífico.

- ¿Y si la dejo fuera de la nevera?
- Si decides mantenerla a temperatura ambiente, tendrás que alimentarla con más frecuencia:
- En climas templados: cada 24 horas
- En climas cálidos: cada 12 horas
- Frecuencia ideal:
- Si está en la nevera: aliméntala una vez por semana
- Si está fuera: aliméntala según la temperatura, como te conté arriba.
¿Se te olvidó? ¡No pasa nada!
Si la dejaste olvidada en el fondo del frigorífico y parece que ha muerto, ¡tranquilidad!
Aliméntala cada 12 horas durante un par de días y verás cómo revive.
Un truco: Si tiene un líquido oscuro por encima (lo llaman “hooch”), simplemente descártalo antes de alimentarla.
¿Cómo usarla en tus recetas?
- Para pan u otras recetas que necesitan fermentación activa: sácala del frigo al menos 4 horas antes y aliméntala.
- Para recetas de descarte (como tortitas, crepes o bizcochos): puedes usarla directamente desde la nevera sin problema.
Consistencia ideal
La textura debería parecerse a una masa de tortitas o una papilla suave.
- ¿Demasiado espesa? Añade un poco más de agua.
- ¿Demasiado líquida? Un poco más de harina lo soluciona.
No te obsesiones con pesar al milímetro, ¡la experiencia te irá guiando!

¿Tu masa madre sabe muy ácida?
Suele ser señal de que ha fermentado demasiado tiempo o de que necesita comer más seguido.
Solución rápida: aliméntala más a menudo y no la dejes tanto tiempo fuera del frigo si hace calor.
Si te la regalan…
¿Un amigo te dio un poco de masa madre? ¡Perfecto!
Solo aliméntala, déjala reposar unas horas y, en cuanto veas burbujas, ya tienes una masa madre activa lista para usar.
Guarda esta guía y vuelve a ella siempre que lo necesites
Como ves, mantener tu masa madre no es difícil ni esclavizante. Con unos cuantos hábitos básicos, puedes tenerla siempre lista para cuando quieras preparar algo delicioso y casero.
Y lo mejor es que cuando tienes una, ya no hay vuelta atrás: siempre hay algo rico que puedes improvisar sin gastar dinero, sin salir de casa y con ese sabor único que solo la fermentación lenta sabe dar.
¿Te animas? Cuéntame en los comentarios si ya tienes masa madre o si estás pensando en empezar. ¡Estaré encantada de ayudarte!
Descubre más desde Masa de madre
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.