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Oraciones familiares para cada Momento del día

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La vida familiar es un sendero lleno de bendiciones y desafíos. Para enfrentarlos con fe y sabiduría, es esencial comenzar y terminar el día en oración. La oración en familia es un acto de unión que nos acerca a Dios y nos fortalece como comunidad. En especial, la Virgen María nos ha dejado el testimonio de su amor por las familias, pidiendo que recemos el Santo Rosario todos los días, unidos en oración. A continuación, te comparto algunas oraciones tradicionales, con especial énfasis en el rezo del Rosario, y otras prácticas que te ayudarán a mantener tu hogar bajo la protección divina.

La importancia de rezar en familia

La oración en familia es un medio poderoso para fortalecer nuestra fe y fomentar la unidad. La Virgen de Fátima, en sus apariciones, nos exhortó a rezar el Rosario todos los días, en particular en familia. Este acto de devoción, lejos de ser una tarea, es una forma de estar unidos en la presencia de Dios, de educar a nuestros hijos en la fe, y de pedirle a la Virgen María su protección y bendición. Rezar en familia es un testimonio de nuestra vida cristiana, un faro de luz que guía el hogar y lo mantiene alejado de las tentaciones y el mal. El Rosario, con sus misterios de la vida de Cristo y la Virgen, es la oración perfecta para vivir unidos en oración. Al rezarlo, no solo estamos pidiendo por nuestras necesidades, sino que estamos entregando nuestro tiempo y sacrificios a Dios, siguiendo el ejemplo de María.


Oración de la Mañana (Ofrenda del Día):

“Padre celestial, te doy gracias por este nuevo día. Te ofrezco todas mis oraciones, trabajos, sufrimientos y alegrías. Que todo lo que haga hoy esté guiado por Tu amor y voluntad. Te pido que me concedas la gracia de ser fiel a Ti y que me protejas de todo mal. Amén.”

Oración antes de las comidas (Benedictio Cibi)
Benedic, Domine, nos et haec tua dona, quae de tua largitate sumus sumpturi. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

Señor, bendice esta comida y a todos los que compartimos de ella. Te damos gracias por tu generosidad y por los frutos que nos ofreces en tu amor.

Oración antes de dormir:

Señor mío y Dios mío, ha llegado la noche, y con ella el momento de agradecerte cada detalle que has tenido conmigo. Te doy gracias por todas las cosas que por tu infinito amor, me permitiste vivir hoy. Porque mis ojos pudieron ver de nuevo la luz del sol, porque mis pies me permitieron llegar a mi destino. Porque compartí tiempo con mis familiares, amigos o compañeros de trabajo. Ha llegado la noche, Señor, y con ella el cansancio, la quietud y el silencio. Pero aquí está mi corazón, tuyo, Señor. Mis pensamientos y deseos, mis anhelos y frustraciones, todo puesto a tus pies. Amén. 

Oración protectora a San Miguel Arcángel
Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio,
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
suplices deprecamur, tuque, Princeps militiae caelestis,
satanae aliosque spiritus malignos,
qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo,
divina virtute in infernum detrude. Amen.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla,
sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del demonio.
Que Dios lo reprenda,
te lo pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la milicia celestial,
expulsa a Satanás y a los otros espíritus malignos,
que vagan por el mundo para la perdición de las almas,
con el poder divino, lánzalos al infierno. Amén.

Consagración a la Virgen María
Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Vos,
y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día,
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser,
y porque soy todo vuestro, Madre de bondad, guardadme y defendedme,
como cosa y posesión vuestra. Amén.


Rezar en familia no es una mera tradición: es una necesidad para el fortalecimiento espiritual de todos sus miembros. Es necesario cultivar este hábito familiar. El rezo del Santo Rosario, en particular, es una de las prácticas más poderosas que podemos integrar en la vida familiar, tal como nos lo pidió la Virgen María en Fátima. Al rezar juntos, unimos nuestra oración y nos acercamos más a Dios. Las oraciones diarias, junto con la consagración a la Virgen María y la protección de San Miguel Arcángel, son un refugio para el hogar, manteniéndolo bajo la mirada de Dios.


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